Federico Cantú
En
la capital, pocos sabemos sobre el origen de las instituciones de salud
pública tan antiguas como lo es el IMSS, un organismo tan grande e importante
que bastaría imaginar qué pasaría -en una ciudad con 8 millones de habitantes-
si no existieran sitios como este donde las citas medicas, las intervenciones
quirúrgicas y las medicinas son de carácter gratuito.
El Instituto
Mexicano del Seguro Social es el organismo de seguridad social más grande
de América Latina. Su fundación data a 1943, con una significativa misión
que aparentemente aún prevalece entre su reglamentación: ser el
instrumento básico de la seguridad social, establecido como un servicio público
de carácter nacional, para todos los trabajadores y sus familias.
De
carácter autónomo (esto es, que no es del todo dependiente del gobierno, sino
que se rige por sus propias reglas internas), en esta institución se combina la
investigación y práctica médica, la administración de los recursos para el
retiro de sus asegurados y con mucha presencia el Arte; las múltiples
expresiones sensibles de algunos artistas mexicanos que hoy en día sitúan
a numerosas partes de nuestra ciudad como patrimonio cultural tangible.
En
todos los grandes hospitales del IMSS podemos encontrar fascinantes obras
de arte. Y a pesar de que no siempre se visita un centro de salud con fines
museísticos, merece la pena recordar, en cada una de nuestras visitas, que
grandes personajes como David Alfaro Siqueiros Diego Rivera, Federico Cantú,
Fermín Revueltas, Francisco Zuñiga, Jorge González Camarena o Juan
O’Gorman diseñaron estos espacios.
En
el hospital de La Raza, por ejemplo, Diego Rivera realizó el mural El pueblo en demanda de salud, un impresionante
relato visual sobre la historia de la medicina en México. Según un
peculiar libro donde
se resguardan todas las obras del IMSS, Rivera “partió de un profundo
conocimiento de la medicina prehispánica, basado en sistemas curativos
tradicionales y de herbolaria; continuó con la del virreinato hasta llegar a la
medicina contemporánea, donde exaltó los avances científicos y tecnológicos”.
Las
obras de David Alfaro Siqueiros las podemos encontrar en el auditorio principal
de este mismo hospital y en el hospital de Oncología del Centro Médico Nacional
Siglo XXI. En el primero encontramos su apabullante mural Por una seguridad social completa para todos los mexicanos, mientras
que en el segundo el hermoso Apología de la
futura victoria de la ciencia médica contra el cáncer.
Federico
Cantú edificó algunos bajos relieves en piedra de nombre Las
enseñanzas de Quetzalcoatl, donde se
sintetiza el mítico origen de las artes en Mesoamérica, apareciendo como figura
central el Dios Quetzalcóatl
(dios-pájaro-serpiente). Por otro lado Francisco Zuñiga se inmortalizó con Alegoría
Médica, en el hospital Siglo XXI; una hermosa
cronología visual de cuatro bloques que retratan a un minero en busca
de aire en una atmósfera creada por Eolos; el dios del viento Ehécatl, rodeado de pulmones
sanos; un médico atendiendo a un hombre con la tecnología más
avanzada y a Quetzalcóatl, representado por una serpiente estilizada.
Finalmente podemos percatarnos del mural Hidalgo libertador, de Juan
O’ Gorman en el auditorio Benito Coquet en el CIESS.
El Instituto
Mexicano del Seguro Social acoge fascinantes piezas escultóricas, en piedra y
bronce, cautivadores murales multicolor y grandes vitrales, todas ellas únicas
en el mundo, pues son sus grandes instalaciones un excepcional ejemplo para
disfrutar del muralismo mexicano y un poco más sobre la historia de la
medicina mexicana.
También
hemos de resaltar que desde entonces y hasta la fecha, algunas de estas obras
acogen títulos verdaderamente viscerales que nos hacen reflexionar sobre lo
importantísimo que es el sector salud gratuito hoy y siempre. *Para mirar los
títulos de cada una de las fotografías en la galería superior, da click en el
icono que se encuentra en la parte superior izquierda de la misma.*